domingo, 7 de julio de 2013

Primera semana en Múnich

Después de 15 días actualizo el blog, ya desde la capital de Baviera.

Nada más llegar ya percibí la gran diferencia que existe entre una ciudad pequeña como Göttingen y una gran capital como Múnich. Antes podía ir a todas partes andando, cosa que ahora se antoja imposible. La vida aquí se desarrolla a un ritmo diferente, lo que se palpa simplemente dando una vuelta por la calle.

Lo primero que me encontré cuando llegué al piso es que en mi calle estaban rodando una película, cosa que me llamó mucho la atención.


La primera semana de actividad ha sido un pelín estresante, porque he tenido que resolver unos cuantos trámites. Me he apuntado a otro curso intensivo de alemán en la Volkshochschule, y además he comprado un móvil libre y una tarjeta prepago de ALDI. Cuando veo las tarifas de móvil e internet que hay aquí corroboro que en España nos timan por todas partes. Por cierto que el teléfono es un dinosaurio que no tiene ni cámara, ni pantalla táctil, ni ná de ná.

Por otro lado, he estado entregando currículums en mano en distintos estudios de arquitectura y también he mandado unos cuantos por internet. De todas formas, por mi compañero de piso y alguna experiencia mía me he dado cuenta de que aquí también hay impresentables en nuestro gremio, de modo que poco a poco se nos van cayendo los mitos con respecto a la seriedad alemana. Quizá sea sólo cosa del sector de los estudios de arquitectura, pero ya lo iremos descubriendo.

También me he dedicado a buscar pisos por internet, y en teoría tengo uno apalabrado en el estadio olímpico para agosto y hasta mediados de septiembre. De momento no quiero compromisos largos y de todas formas es difícil que sin un contrato laboral te permitan estar en un piso por tiempo indefinido.

El sábado, es decir ayer, fue un buen día. Había una fiesta local y por algunos sitios del centro había escenarios y puestos. Lo primero que hice fue visitar la librería española de Múnich, que tiene muchos más libros en nuestro idioma que cualquiera de las grandes cadenas de librerías que hay aquí.

Después tiré para el Englischer Garten, un gigantesco parque donde los muniqueses se escapan cada vez que ven caer un rayito de sol. En él está la Chinesischer Turm, debajo de la cual, cómo no, hay un gran Biergarten. En él me tomé mi primera birra desde que estoy en esta ciudad, una jarra de un litro que no se la saltaba un galgo. El primer medio litro entró con facilidad, y el segundo costó un poco más, aunque me había traído comida para echarle algo al estómago además de cerveza.

Mientras la priva tenía lugar, una charanga que estaba en uno de los pisos de la torre tocaba Volksmusik o música tradicional bávara. Me acordé en ese momento de Los Templaos de Dos Torres, que probablemente no tienen nada que envidiarles.



Después me dirigí hacia el centro y encontré el escenario del Marienhof, y tuve la oportunidad de tumbarme en el césped con una birra ( otra, pero más pequeña ) escuchando “knocking on heaven´s door”. Cuando este grupo se fue, entró un grupo de jazz que también fue bastante entretenido.





Estas son fotos de la Odeonsplatz con la Feldherrnhalle ( el salón de los mariscales ) al fondo. Este fin de semana hay conciertos de música clásica y ópera al aire libre. El viernes tuve la oportunidad de oírlos ensayar en este mismo sitio y fue una gozada.


Después de un alto en casa, volví al Marienhof para ver un concierto de country y rematé la faena visitando por primera vez desde que estoy aquí la famosa Hofbräuhaus. Abajo pueden ver la Marienplatz y el Neues Rathaus, el corazón del centro de Múnich.

Como notas curiosas señalaré que los alemanes se ahorran el gimnasio, ya que con lo que pesa una jarra de cerveza de un litro llena, y teniendo en cuenta que veo gente coger cuatro en una sola mano sin pestañear, qué quieren que les diga, los brazos de esta gente son XXL. Por cierto, si piensan que las jarracas de cerveza se las toman sólo enormes Helgas entraditas en carnes y grandes como armarios de tres puertas están equivocados; perfectamente se pueden encontrar a damiselas y mademoiselles de estrechas cinturitas meterse litros de cerveza entre pecho y espalda sin problema alguno.


Por whatsapp y demás medios me han hecho la recurrente pregunta de cómo está por aquí el asunto femenino. Yo, por mi parte, tengo que reconocer que he conocido a dos señoritas desde que estoy aquí, que de hecho son parientes, son las hermanas Bosch: la lavadora y la plancha, con las que tengo una relación de amor-odio, y de las que no creo que me vaya a volver a librar. En cualquier caso, veremos lo que me deparan las semanas que vienen…

4 comentarios:

  1. Me alegro de que ya hayas aterrizado en Múnich. ¿Qué tal fue la experiencia musical con tus compañeros?
    Le he escrito a la persona que te dije que conocía allí para presentarte. Si necesitas cualquier cosa, no dudes en acercarte por allí.
    En cuanto a las hermanas que has conocido, no les dediques mucho tiempo, con un ratillo a la semana es más que suficiente.
    Un abrazo!

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  2. Muchas gracias Gema, por lo de la gente que conoces aquí.
    Lo del tema musical al final no tuvo lugar, pero hubiera sido interesante ver lo que ponían mis compañeros.
    No te preocupes, que a doña lavadora y doña plancha sólo voy a dedicarles unos minutos este fin de semana :)
    ¡Un beso!

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  3. Mucho ánimo en Munich. Un abrazo Rafalín

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