Cuando llegas a
Alemania desde España es difícil quitarte el chip de que estás de vacaciones,
sobre todo en cuanto a apretarse el bolsillo, a tener en cuenta cosas para el
retorno, etc. Sales a pasear sin tener presión de temas laborales, vas con la cámara a todas partes, planificas visitas a los sitios más turísticos y tu cabeza está desconectada del mundanal ruido. He sufrido en mis carnes este fenómeno y voy a poner un ejemplo
muy ilustrativo: la cerveza.
Este bendito
líquido amarillo ( oh, la cruzcampo ) que tanto nos gusta y nos embriaga, nunca
mejor dicho, es una prueba irrefutable
de lo anterior. Cuando llegué al Instituto Goethe hace tres semanas, muy ufano yo, empecé comprando en el Kaufland
las botellas sueltas de medio litro de Paulaner o Erlinger, es decir,
cerveza de trigo. Después de un par de visitas más al supermercado, buceando en las profundidades de la sección de bebidas, descubrí que existían packs de 6 que no eran tan grandes, sino que tenían un tamaño más normal de un tercio como los que tenemos
en España. Por último, para el “botellón” del que hablé en mi último post
compré cerveza 5.0 de lata ( en mi opinión le pegaría más el nombre 0.5 ), una de las más baratas que había en el
supermercado, y la única cerveza de trigo que tenían con ese envase.
Toda esta
evolución demuestra como poco a poco se va uno más o menos adaptando, y de
comprar las birras guays de cristal de medio litro he terminado con las latas
cutres y baratas, recordando aquellas que comprábamos en el Plus para los
peroles, que valía más el cartón del embalaje que la propia cerveza.
Espero que todo este proceso no desemboque a mi llegada a Múnich, en terminar bebiendo agua del grifo, o lo que es mucho peor: cerveza sin alcohol. Después de todo, el Oktoberfest llegará antes de que nos demos cuenta y hay que estar preparados.
Entrenando para el oktoberfest!! Hay dejar el pabellon bien alto.
ResponderEliminarUn abrazo y un beso de Bea.
Q pasa rafa .... q no hay líder allí.... ahí sí q son baratas y venden un vino de tecnología alemana... q te destroza el hígado. no has contado q tal tú primer botellon .. me alegro q te vaya bien.... por cierto q tal camarón... josé merce .... soy minero..... heroesdel silencio...allí los conocen..... volando voy y vengo..... y por el camino me entretengo..... Jj pura esencia española
ResponderEliminarEl Lidl está donde Cristo perdió las sandalias. Yo voy al Kaufland o al Rewe. El "botellón" fue bebernos un par de latas de birra en la plaza y luego nos metimos en un pub hasta una hora prudente. Al final, cayó un kebab antes de volver al Goethe
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