viernes, 21 de junio de 2013

Tres semanas, tres cervezas

Cuando llegas a Alemania desde España es difícil quitarte el chip de que estás de vacaciones, sobre todo en cuanto a apretarse el bolsillo, a tener en cuenta cosas para el retorno, etc. Sales a pasear sin tener presión de temas laborales, vas con la cámara a todas partes, planificas visitas a los sitios más turísticos y tu cabeza está desconectada del mundanal ruido. He sufrido en mis carnes este fenómeno y voy a poner un ejemplo muy ilustrativo: la cerveza.
Este bendito líquido amarillo ( oh, la cruzcampo ) que tanto nos gusta y nos embriaga, nunca mejor dicho,  es una prueba irrefutable de lo anterior. Cuando llegué al Instituto Goethe hace tres semanas, muy ufano yo, empecé comprando en el Kaufland las botellas sueltas de medio litro de Paulaner o Erlinger, es decir, cerveza de trigo. Después de un par de visitas más al supermercado, buceando en las profundidades de la sección de bebidas, descubrí que existían packs de 6 que no eran tan grandes, sino que tenían un tamaño más normal de un tercio como los que tenemos en España. Por último, para el “botellón” del que hablé en mi último post compré cerveza 5.0 de lata ( en mi opinión le pegaría más el nombre 0.5 ), una de las más baratas que había en el supermercado, y la única cerveza de trigo que tenían con ese envase.


Toda esta evolución demuestra como poco a poco se va uno más o menos adaptando, y de comprar las birras guays de cristal de medio litro he terminado con las latas cutres y baratas, recordando aquellas que comprábamos en el Plus para los peroles, que valía más el cartón del embalaje que la propia cerveza.
Espero que todo este proceso no desemboque a mi llegada a Múnich, en terminar bebiendo agua del grifo, o lo que es mucho peor: cerveza sin alcohol. Después de todo, el Oktoberfest llegará antes de que nos demos cuenta y hay que estar preparados.

3 comentarios:

  1. Entrenando para el oktoberfest!! Hay dejar el pabellon bien alto.

    Un abrazo y un beso de Bea.

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  2. Q pasa rafa .... q no hay líder allí.... ahí sí q son baratas y venden un vino de tecnología alemana... q te destroza el hígado. no has contado q tal tú primer botellon .. me alegro q te vaya bien.... por cierto q tal camarón... josé merce .... soy minero..... heroesdel silencio...allí los conocen..... volando voy y vengo..... y por el camino me entretengo..... Jj pura esencia española

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  3. El Lidl está donde Cristo perdió las sandalias. Yo voy al Kaufland o al Rewe. El "botellón" fue bebernos un par de latas de birra en la plaza y luego nos metimos en un pub hasta una hora prudente. Al final, cayó un kebab antes de volver al Goethe

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